14 jul 2010

Confesiones #1

Bien, comencemos.
El pasado día 29 descubrí que soy una imbécil inconformista como el resto.
Después de cinco años esperando POR FIN me dispuse a cumplir mi sueño. Cinco años sintiendo algo que te quema en el pecho y que poco a poco te consume son muchos años, supongo que por eso pensé que una vez realizado... ese ardor cesaría, que sería como un chapuzón en una piscina helada que me calmaría.
No me avergüenzo al decir que, por el momento, mi sueño era algo tan simple y tan corriente como un concierto. Un concierto de ese grupo que desde hace cinco años ha sido, y es, tan jodidamente importante para mi.
Pues bien, creí que una vez que estuviera alli, una vez que los escuchara en directo, una vez que viviera entre la multitud esa locura compartida que tantas veces había visto en videos, me sentiría..."realizada".
Pensé que dejaría de tener insomnio, que dejaría de pensar en ello las 24 horas al dia. Incluso llegué a pensar, ilusa de mi, que me "alejaría" de mi obsesión por el grupo, que me olvidaría de tantas teorías conspiratorias de esas que veo en todas partes y que me hacen nombrar algo del grupo cada dos por tres.
Bueno, lo reconozco, me equivoqué. Estuve allí, por primera vez en mi vida experimenté eso que hace que la gente llore en una boda, la primera vez que ven la cara de su bebé, la graduación de un hijo... lloré de emoción. Es algo que nunca, nunca, jamás había comprendido. "Llorar se llora de tristeza, de dolor, ¿pero de emoción?" decía yo antes. Pues si, se apagaron las luces, el público enmudeció, comenzaron los primeros acordes y el grupo salió al escenario. ¿Y qué hice yo? Llorar. Llorar como un bebé. Llorar como nunca lo había hecho antes. Lloré porque no podía imaginar que aquel instante fuese más perfecto. Lloré porque por un momento no fui capaz de pensar en toda la mierda que había llenado mi cabeza antes.
Salí del concierto y pensé "bueno, ya está ¿no?, ya puedes volver a hacer una vida normal, ya estás conforme ¿verdad?" y la respuesta fue un silencio absoluto, un silencio que significó el "NO" más claro y sonoro que podía haber pronunciado.
Unos dias después de llegar a España lo primero que hice fue comprarme un par de entradas para otros 2 de conciertos. Sigo teniendo insomnio. Paso las noches deseando que Diciembre esté más cerca, deseando llorar de emoción de nuevo. Soy otra inconformista más. Pero lo que sentí aquel día no me lo quita nadie.