28 jun 2009

Siempre es poco.

Cada día que pasa me sorprende más mi capacidad para cagarla. Para joderlo todo en el mejor instante. Encuentro los motivos para estallar en las más pequeñas tonterías.
Estallo. Digo tonterías, chorradas, las palabras más hirientes que encuentro. Critico con unos, con otros, con todos. La cago. Me regodeo en mis maldades. En mis insultos y burradas. Retozo en mi crueldad. Y entonces, cuando me toca arrepentirme, no lo hago.
Tengo miedo, pero no lo hago. No me arrepiento.
Y luego me arrepiento por no arrepentirme.

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