26 jun 2011

Es un derecho inalienable el malograr mi vida. O eso decía la película.
Porque la realidad no es tan sencilla. Lo cierto es que cada vez que fracaso hay alguien ahí para echármelo en cara, para hundirme en la miseria, para recordarme lo oscuro y vacío que es el futuro que me espera a este paso.
¿Acaso no estoy en mi derecho? ¿acaso no puedo fracasar y malograr mi vida ahora que estoy a tiempo? Ya tendré tiempo de arrepentirme luego, dejadme ser un desastre si es lo que se me da bien.

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