Y resulta que la felicidad,
además de subjetiva, tiene
plural. No el plural de las personas que juntas la consiguen, creándola de la nada o transformando su mediocre existencia hasta ese punto, sino que existe en ese
vacío e insulso plural que soltamos a través de un cable acompañado de una cara feliz formada con signos y letras y que enviamos a cualquiera antes que reconocer que su verdadera felicidad nos es indiferente mientras mantengamos o busquemos la
nuestra propia.
quizás sea lo más buscado por el ser humano.
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